El discurso presidencial de 9 de abril de 2018 puso como su objetivo el hecho de ordenar la casa poniendo desde el marco legislativo las nuevas reglas para el ingreso de los inmigrantes al país. ¿Pero de verdad creen ustedes que un inmigrante viene al país para desordenar su estado actual?
Un inmigrante sin ningún derecho, sin recursos, sin hablar el idioma ( a veces) ¿puede hacerlo? La única razón para él o ella es llegar y ordenar su situación actual de mejor forma posible.
Según el último concurso público de Conicyt, la inmigración no existe para el Gobierno, o para los medios de comunicación, quien de forma explicita, niegan promover el pluralismo sobre el tema.
Y qué queda ahora? Luchar sobre la representación digna de nosotros en los medios, mientras el gobierno pone nuevas reglas según la nacionalidad de que cada uno? Si es la solución oficial del tema, me niego profundamente a aceptarla dado que no se puede discriminar uno por su país de origen.
Lo que falta y lo que faltaba desde hace mucho tiempo es la reflexión e investigación sobre el tema, el hecho que el actual gobierno no pone como su prioridad. Si para Chile, el inmigrante significa una nana en casa o un obrero en el campo a quien se puede poner cero condiciones mínimas de trabajo y pago ridículo de su labor, estamos muy mal.
Ellos ya llegaron y tienen derecho de ser reconocidos por todo que hacen en el país.
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