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El Señor de los Milagros

El Señor de los Milagros

El domingo 21 de octubre la Catedral Metropolitana acogió la celebración del día de Nuestro Señor de los Milagros, una de las más masivas del mundo y con más de tres siglos de antigüedad.

La eucaristía estuvo encabezada por el Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, y concelebrada por monseñor Marco Antonio Cortéz, Obispo de Tacna; el Vicario para la Zona Centro, padre Marek Burzawa, y el padre Isaldo Bettin, encargado de la Pastoral de la Movilidad Humana en la Arquidiócesis de Santiago. A la misa asistieron autoridades diplomáticas y militares del Perú, encabezadas por el embajador, señor Carlos Pareja; también estuvo presente el candidato a alcalde de Santiago, Pablo Zalaquett, así como centenares de feligreses.

Tras la ceremonia, unas siete mil personas acompañaron la procesión desde la Plaza de Armas a la Parroquia Latinoamericana, en el Parque Bustamante, llenando de fervor las calles del centro de la capital.

 

Historia

A mediados del siglo XVII, Lima era una ciudad cosmopolita, con una gran presencia de esclavos africanos que, con el fin de preservar su fe, se reunían en cofradías a adorar distintas imágenes o santos.

En 1650, los negros angoleños se agruparon y formaron una cofradía en la zona de Pachacamilla, donde actualmente se ubican la iglesia y el monasterio de las Nazarenas y el local de la Hermandad del Señor de los Milagros.

En uno de los muros de adobe de la sede de la cofradía fue pintada al temple la imagen del Cristo en la Cruz, por uno de los miembros de la cofradía.

El 13 de noviembre de 1655 un devastador terremoto arrasó con Lima y el Callao. Fue entonces que ocurrió el milagro: las frágiles paredes de adobe de la cofradía se vinieron al suelo, salvo la que erguía al Cristo crucificado. Quince años después de la catástrofe un vecino limeño encontró la imagen y comenzó a venerarla.

Poco a poco se fueron sumando devotos que comenzaron a llamar la imagen como «El Santo Cristo de los Milagros o de las Maravillas».

En octubre de 1687 la catástrofe asoló nuevamente al centro de Perú. Un maremoto arrasó con el Callao y parte de Lima, derribando la capilla edificada en honor de la imagen de Cristo, quedando erguida solamente la pared con la imagen dibujada del Señor crucificado. Esto dio la idea de confeccionar una copia al óleo de la imagen y que, por primera vez, saliera en andas por las calles, estableciéndose que a partir de ese momento la procesión tuviese lugar los días 18 y 19 de octubre de cada año.

Con tres siglos de antigüedad, la multitudinaria celebración ha traspasado las fronteras y los fieles se multiplican alrededor de todo el mundo.

En Perú la festividad se extiende por todo octubre, al cual se le llama también «mes morado», y las personas acostumbran a hacer mandas al Cristo pagándole en oro, plata o vistiéndose todo el mes de morado.

En Chile, desde hace más de diez años que la comunidad peruana organiza la procesión. Con gran esfuerzo la Hermandad de Nuestro Señor de los Milagros ha ido abriendo un espacio a su fe y sus tradiciones en medio de nuestra capital, así como también en Valparaíso e Iquique.


 

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