Una vez más se ha abierto un flanco de disputa verbal entre el gobierno de Chile y Bolivia. En esta ocasión, los dichos del Presidente Piñera respecto a la tentativa de Bolivia de insistir en su reivindicación marítima parecieron ofender y preocupar al gobierno de Morales. Piñera aseveró que “Chile defenderá con toda la fuerza del mundo” su territorio y soberanía nacional. Esto motivó al Presidente boliviano a espetar que Chile no es solo una amenaza para Bolivia, sino también para Perú.
Autor: Felipe Olivares*
Si bien puede ser totalmente comprensible que la sociedad boliviana juzgue categóricamente a Chile según la información recibida por sus medios de comunicación, lo que no puede ser obviado es el constante y gratuito ataque comunicacional del gobierno boliviano hacia Chile. Aún más contradictorio es que la administración de Evo Morales tilde a Chile como una “amenaza”, y conjuntamente hable de integración. Sin ir más lejos, no es tan preocupante el hecho de que Bolivia busque sumar respaldo de otros países que apoyen su intención de mediterraneidad, presentando el tema en foros, asambleas y cumbres en la cuales forme parte o sea invitado; sino que es el posicionamiento de la animadversión sobre el rigor y el respeto hacia otro Estado.
Comprensible es el hecho de que Bolivia sienta que las posibilidades de hallar un acuerdo para una salida al mar se estén acabando, y que este gobierno poca cabida ha dado a los intentos de la administración de Morales a sentarse a negociar un acuerdo según los intereses bolivianos. Sin embargo, este agotamiento no faculta a ninguna de sus autoridades a emprender una puesta en escena que busque atacar a Chile bajo etiquetas tan inquietantes como graves.
Es imperante que el gobierno de Sebastián Piñera mantenga la misma línea argumentativa respecto a la tentativa boliviana de salida al mar que se ha empleado hasta ahora. Es decir, respaldarse en el tratado de 1904 firmado entre ambos países y evitar enfrascarse bajo cualquier atisbo de provocación.
A pesar de que Bolivia ha fracasado en su intento de multilateralizar el problema con Chile, sus autoridades han mencionado que el tema tendrá que ser presentado en una corte internacional (La Haya probablemente), lo cual demuestra que el conflicto con Bolivia está lejos de acabarse. Sin embargo, la historia y la política nos han enseñado que algunos gestos pueden estar cargados de simbolismos, digo esto en función de la voluntad por emprender el camino del diálogo y dejar la provocación de lado, trabajar en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Chile y Bolivia por medio de las embajadas sería un tremendo gesto de cooperación e integración. Esto no garantiza que Bolivia desista de su idea de llevar ante un tribunal internacional su deseo de una salida al mar, pero si podría asegurar que los asuntos bilaterales se traten entre las partes, siguiendo los canales institucionales que están para ello. De esa forma, dejaríamos las controversias de lado y evitaríamos bochornosos momentos como los acontecidos recientemente.
*Cientista Político de la Universidad Central, Diplomado en Política Mundial de IDEA USACH
Deja una respuesta
Usted debe ser conectado para publicar un comentario.