Por el derecho a migrar, por una cultura de acogida e integración, por un chile intercultural, justo y con igualdad de derechos para todos sus habitantes.
Celebramos 8 años de la Coordinadora Nacional de Inmigrantes y partimos además con una renovación de la mesa directiva. En los 2 años anteriores se sostuvo un trabajo titánico por parte de los y las compañeras que encabezaron nuestra organización, que enfrentaron momentos difíciles de la historia de Chile y la humanidad: como el “estallido social”, el proceso constituyente y la pandemia del Covid-19; en medio de lo cual, además, cambió el marco legislativo que regula la migración en Chile y se extendió una política migratoria más restrictiva y con mayor criminalización.
Saludamos y agradecemos el esfuerzo de la mesa directiva anterior y nos preparamos para una nueva etapa de la Coordinadora. Mantenemos el compromiso de luchar por la integralidad de los derechos humanos de la población migrante y refugiada; así como de resistir y combatir la deshumanización, la criminalización, la precarización, la discriminación, el racismo, la xenofobia y, sobre todo, de unir los esfuerzos de las distintas colectividades de migrantes a lo largo y ancho del territorio para enfrentar los grandes desafíos.
Como parte de los movimientos sociales, participamos en el proceso que condujo a la Convención Constitucional y a la elaboración de una propuesta de nueva Constitución, cuya aprobación apoyamos. Reconocemos haber sufrido el pasado 4 de septiembre una dolorosa derrota. Nos duele, en particular, que se haya perdido una oportunidad histórica de aprobar un texto, fruto del acuerdo de dos tercios de un cuerpo democráticamente electo para elaborar una nueva Constitución; hecho inédito en la historia de Chile.
Esta derrota, sin embargo, no nos paraliza. Aprenderemos de ella, para superar las debilidades que tenemos y los errores que pudimos haber cometido. Seguimos con más fuerza en nuestras comunidades, y territorios, para seguir construyendo conciencia, organización y capacidad de lucha por nuestros derechos, desde las urgencias cotidianas, con amor, solidaridad, y nuestros principios intransables.
En lo inmediato, enfrentamos el recrudecimiento de la ofensiva antiinmigrante y racista desde distintos sectores, pero también sentimos el apoyo y respaldo de otros tantos. Hay varios intereses y sectores que incitan a que se renueve el estado de excepción en la macrozona norte, alegando “el aumento de la violencia y delitos de mayor connotación social como los robos con fuerza y homicidios”; reclaman una mayor militarización del control fronterizo y surge un proyecto de ley para autorizar a Carabineros y PDI a detener personas migrantes en situación de irregularidad, a pesar de no ser ésta una causal de delito. Ante lo anterior, estaremos siempre en alerta para denunciar y buscar el respeto irrestricto de los derechos humanos de las personas migrantes, independientemente de su situación migratoria.
Denunciamos que existen presiones para que el gobierno actual retroceda en su compromiso programático de avanzar en la regularización migratoria, por lo que continuaremos veando por el cumplimiento de dicho compromiso.
En este sentido, reclamamos que no se demore más el levantamiento de un Registro Nacional de población migrante, refugiada y solicitante de refugio –cualquiera que sea su situación administrativa- de los últimos 5 años, que permita levantar un catastro real de la situación sociodemográfica, de antecedentes, y de estatuto administrativo en que se encuentra esta parte de la población que habita hoy en Chile.
Además, junto a esta denuncia, queremos continuar con el diálogo y aportando ideas, no solo hacia el exterior de la Coordinadora, sino también hacia el interior. Seguiremos fortaleciendo la articulación y una mayor participación de la asamblea en los acuerdos y toma de decisiones en varias instancias. Queremos impulsar el trabajo de asesoría migratoria, laboral y de emprendimiento, sumando también a comisiones existentes, como son la de género, cultura y salud.
Se inicia un periodo complejo en Chile y queremos estar preparados/as para los desafíos que se avecinan con la crisis económica y la incertidumbre política, pero solo podemos salir adelante si unificamos los esfuerzos e incorporamos realmente a las colectividades migrantes del territorio nacional en el despliegue de nuestras iniciativas.
¡No más violaciones a los Derechos Humanos de las personas inmigrantes! ¡No más xenofobia y racismo de Estado! ¡Justicia para las comunidades inmigrantes y refugiadas! ¡Por una regularización para todos, todas y todes! Porque las vidas migrantes también valen