Empoderamiento, articulación y múltiples aprendizajes deja la primera Escuela de Formación de Formadores de Derechos Humanos, “Trenzando Territorios”, dirigida por el Observatorio Ciudadano, en el contexto del proyecto CRISOL: Movilidad Humana y Derechos.

Así se evidenció hace pocos días, en el Parque Cultural de Valparaíso (Ex Cárcel), donde se realizó el lanzamiento del corto documental “Trenzando Territorios para Florecer”, el cual expuso la experiencia de activistas y dirigentas/es sociales, que participaron del espacio formativo entre el 2022 y 2023, junto a un cálido conversatorio.  

Durante la proyección del documental se apreció el desarrollo de las primeras sesiones virtuales por temáticas con docentes destacadas, pasando por el encuentro nacional, los testimonios y las últimas experiencias en la segunda fase. De esta forma, quedó registrado el involucramiento de participantes de la escuela durante la coyuntura, como ocurrió con la crisis fronteriza que se vivió a comienzos del 2023, y en otras situaciones del día a día en los territorios, o durante las 13 réplicas con distintas organizaciones migrantes y promigrantes, a través de las cuales se pudieron poner en práctica los aprendizajes en materia de migración y derechos humanos, desde un enfoque interseccional. 

Posterior a la presentación del documental, continuaron las intervenciones de Elizabeth Andrade (Antofagasta), premio Nacional de DDHH 2022, María Hilda Lagunas (La Serena), de la Coordinadora El Apañe, y Cindy Corrales, profesora de Filosofía, con la moderación de Jenn Piña, coordinadora docente de la Escuela Trenzando Territorios. 

Frente a las asistentes del conversatorio, las cuales también hicieron algunas preguntas al final, se abrió el diálogo en el que se trató la importancia de la educación popular y el rol que han estado asumiendo quienes participaron del espacio. De igual manera se realzó la oportunidad de abrir vínculos entre regiones más distantes y conocer diversas experiencias de lucha, que van nutriendo a las organizaciones migrantes y promigrantes. 

“La escuela nos ha servido para articular a nivel nacional, decir, esto está pasando en el norte o en el sur… Me ha servido como mujer, dirigenta, madre y abuela, y nos ha ayudado a mirarnos de una manera más empática y solidarizar con lo que pasaba en Valpo, Coquimbo… Hacer ese diagnóstico y ver qué vamos a hacer… Aprender a coordinar procesos”, comentó Elizabeth Andrade. 

Por su parte, María Hilda Lagunas expresó que las réplicas se hicieron en momentos oportunos y complejos, pero se pudieron realizar, tal como ocurrió en su caso con las mujeres privadas en libertad en el norte de Chile. “Veo una energía fuerte para seguir haciendo cosas”, agregó

Al ser consultada por el cierre de la escuela, Cindy Corrales, quien también tuvo a cargo un módulo al inicio del proceso, manifestó: “implica tres conceptos, el primero el empoderamiento de las disidencias y mujeres migrantes, segundo, la apropiación y compartición de saberes en estos espacios, y tercero, tiene que ver cómo ellas utilizaron este conocimiento, tomaron su experiencia y la replicaron para transformar sus territorios. Y se materializa también en el corto documental, el diálogo con las mujeres que permite seguir posicionando nuestra lucha, y que migar es un derecho humano”.

En suma, Mabel Cobos, coordinadora del programa de Migraciones y Movilidad Humana del Observatorio Ciudadano, opinó: “esta escuela es la primera que se levanta para dirigentes de organizaciones migrantes y promigrantes, y tiene un formato virtual y presencial pero lo más importante es que hubo réplicas de la formación de formadores. Logramos que activistas y dirigentas volcaran en sus territorios, los conocimientos adquiridos, es decir fue una convergencia de saberes, y diálogo de experiencias en las diferentes regiones y organizaciones, y creemos que eso fue el grano de arena que ponemos también para que se entienda que las personas en movilidad tienen derechos” 

La actividad, se llevó a cabo en el marco de “Diasporicxs – Encuentro de Activismos Migrantes”, que tuvo lugar en la misma ciudad entre el 19 y 21 de enero, y cuyo objetivo fue “caminar hacia una cultura de activismos que contemplen las ancestralidades, la reparación, los cuidados y la sanación como ejes fundamentales en la sostenibilidad de las transformaciones que buscamos”, según señaló Jenn Piña, coordinadora docente de la Escuela.  

De igual forma, se destacó en el encuentro, la participación de aproximadamente 33 dirigentxs y activistxs migrantes y pro migrantes de diversos territorios, como son Iquique, Antofagasta, La Serena, Santiago, Valparaíso, Concepción, Temuco y Valdivia, y que acudieron en representación de las organizaciones AMPRO Tarapacá, Arenales Rompiendo Barreras, Coordinadora El Apañe, Red Mujeres Afro Diaspóricas, Negrocentrix, Mujeres Al Borde, Mamitas Migrantes, Proyecto Bemba Colorá, Proyecto Migrando en Ternuras, ONG Marq’ay, Trama Tejido Migrante y ONG Migrantes en Los Ríos, además de las activistas autónomas y del mundo de las artes y culturas. 

La Escuela Trenzando Territorios, hace parte del proyecto “CRISOL: Movilidad Humana y Derechos”, financiado por la Unión Europea, y el cual se desarrolla a través de un consorcio entre el Instituto Católico para la Migración (INCAMI), el Observatorio Ciudadano, y la Fundación Avina, con la colaboración de la Red Nacional de Organizaciones Migrantes y Promigrantes de Chile.

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