En el marco de la conmemoración del día internacional contra la violencia hacia la mujer, es importante abordar toda violencia ejercida hacia el género desde nuestra gestación, comprendiendo que, a raíz del sistema capitalista y patriarcal, se generan diferentes violencias hacia niñas, adolescentes y mujeres, visualizando discriminaciones a nivel racial, intercultural, por pueblo originario, orientación sexual, identidad de género, estándares de belleza, edad, ideologías políticas, fertilidad, religión, educación, etc. Dichas violencias generan que desde pequeñas seamos criadas con estas ideas como imaginario colectivo quedando como huellas mnémicas que impone nuestra cultura y las costumbres de nuestro sistema familiar, desde ahí es que emergen violencias hacia el género femenino, situaciones que nos marcan y definen, en donde dichas violencias se ven agudizadas en tanto a nuestro contexto biopsicosocial, es innegable que la ausencia de estado y la escasa problematización sobre la relevancia de la perspectiva de género, van delimitando los tipos de violencias que se ejercen en cada niña, adolescente y mujer, observando que dichas violencias nos atraviesan de forma transversal a todo el género.
Quisiera centrarme en las violencias en las infancias y adolescencias del género femenino en el norte de nuestro país, visualizado a raíz de mi profesión, observando particularmente la urgencia del ejercicio de mayores aspectos proteccionales en esta. Se puede inferir que, una niña criada en una región descentralizada, con ausencia de recursos y de aportes del estado, mantiene discriminaciones y violencias diferentes a las de una niña criada en la ciudad metropolitana o bien en sectores que presentan mayores recursos municipales para brindar bienestar y protección a sus ciudadanos, en donde se contemplan aspectos relevantes en el ciclo vital y la infancia, como mayores espacios de recreación, más oferta académica y de calidad, diversos centros de salud y profesionales especialistas, mayor estabilidad económica, más oferta laboral, entre otros aspectos que, favorecen mejor calidad de vida y por ende, una mejor crianza, sin embargo, ambas presentarán diversas violencias de género a lo largo de su vida, dado a que, dichas violencias traspasan aspectos económicos e interculturales.
Resulta relevante reflexionar sobre la deconstrucción en tanto a las violencias desde el desarrollo de nuestra gestación, incluyendo aspectos de equidad, respeto, conciencia sobre el sistema de cuidado, sumado a, una crianza responsable enfocada en los derechos de los niños, es en este sentido que, las prácticas de violencia y abuso de poder que se presentan en sectores lejanos a la visualización y presencia de recursos del estado, provocan infancias altamente vulneradas, toda vez que, se presentan situaciones de desprotección hacia ellas, favoreciendo pobreza, desescolarización, normalización de interacciones basadas en la violencia, conductas de calle, acceso a drogas de forma temprana y validación en contexto de calle, esto a raíz de la ausencia de estado y del ejercicio equitativo necesario para cada Región.
Por otro lado, la inestabilidad económica en el sistema familiar, provoca que los adultos deban generar estrategias para lograr cubrir sus necesidades, accediendo a trabajos con bajos sueldos y precarias condiciones laborales, poniendo en riesgo su integridad física, asimismo flexibilizando en temas de horario en la jornada laboral, observando que, la urgencia de mejorar las condiciones de vida del grupo familiar, conlleva a la toma de decisiones drásticas como migrar del territorio natal, en donde se presentan situaciones que promueven contextos de vulneración tanto en madres como en niñas y adolescentes, favoreciendo abusos de poder tanto a nivel de redes de trata o incluso dentro del mismo grupo familiar.
es ahí cuando los hijos se encuentran con ausencia de figuras adultas que mantengan visualización, protección y contención, por lo cual, niños y niñas generan la necesidad de sentir validación entre sus pares o en contextos de calle, surgiendo situaciones de vulneraciones de derecho como explotación infantil en tanto a ámbitos sexuales y de microtráfico, observando casos en los que, preadolescentes y adolescentes que presentan policonsumo de drogas mantienen la necesidad de financiarlas, siendo manipuladas o forzadas a ser parte de redes de trata o explotación sexual.
Existe una deuda con las infancias en nuestro país y principalmente en el desarrollo proteccional de estas, permaneciendo una ausencia en tanto al cese de las violencias hacia nuestras niñas, adolescentes y mujeres.
Deja una respuesta
Usted debe ser conectado para publicar un comentario.