En este día tan significativo para los trabajadores y especialmente reflexivo para los migrantes durante estos tiempos electorales, quiero expresar mi orgullo por ser parte de esta comunidad laboral. Sabemos que no es fácil para los migrantes cuando hay elecciones en algunos países donde residen, pero su labor es fundamental para el desarrollo y crecimiento de nuestras sociedades. Su valentía y determinación por buscar una vida mejor, a menudo en condiciones difíciles y peligrosas, es una fuente de inspiración para todos.

La migración es un fenómeno global que ha transformado la dinámica social y económica en todo el mundo. Los trabajadores migrantes han sido una fuerza laboral importante en muchos países, aportando una amplia gama de habilidades y experiencia en diversas estructuras.

A pesar de los desafíos, la migración sigue siendo una fuerza vital en el mundo globalizado de hoy. Los trabajadores migrantes han contribuido significativamente al crecimiento económico y a la diversidad cultural en muchos países, y siguen siendo una fuente importante de innovación y cambio social.

Los trabajadores migrantes de todo el mundo, especialmente mujeres, indocumentados y recién llegados, suelen enfrentar situaciones que ponen en riesgo su seguridad y dignidad. La discriminación y la explotación laboral son problemas comunes que afectan a muchos de ellos. A menudo, estos trabajadores son obligados a laborar en condiciones precarias y sin las garantías necesarias, lo que amenaza su bienestar y sus derechos fundamentales. En algunos casos, son tratados como si fueran esclavos, convirtiéndose en víctimas de abusos y explotación por parte de empleadores sin escrúpulos.

En Chile, la situación de los trabajadores migrantes no es ajena a estos desafíos que enfrentan a nivel global. La política migratoria selectiva, basada en implícitos criterios de raza y país de origen, sigue siendo un obstáculo importante para muchos de ellos, quienes también se enfrentan a situaciones de discriminación y explotación laboral. Este problema afecta especialmente a aquellos que trabajan en empleos precarios, clandestinos e informales, debido a las dificultades que muchos tienen para obtener la documentación necesaria para trabajar legalmente en el país.

A pesar de cualquier inconveniente que puedan experimentar, muchos trabajadores migrantes sienten un gran afecto por Chile. Con el tiempo, han desarrollado un amor incondicional por el país y sienten gratitud por encontrar seguridad y oportunidades laborales que a menudo son escasas en sus países de origen. Esta muestra de afecto se refleja constantemente en su participación activa en eventos que impliquen superar grandes obstáculos junto a la población local, ya sea como bomberos para hacer frente a cualquier catástrofe natural o en eventos benéficos, siempre con gran dedicación y amor por la comunidad.

Si bien Chile ha experimentado varias olas migratorias europeas y del Medio Oriente en el siglo pasado, en los últimos tiempos la mayoría de las personas que emigran a Chile provienen de países vecinos de América Latina y el Caribe en busca de refugio o alguna forma de estabilidad debido a problemas socioeconómicos, políticos u otras situaciones difíciles. Estos migrantes a menudo se ven envueltos en un eterno laberinto político y son objeto de ataques de distintas formas, especialmente durante las épocas electorales, generados por los comportamientos clasistas de los políticos y retroalimentados paradójicamente por la propia población local, que también es víctima de esta dinámica. Aunque sin mucha originalidad, cada campaña electoral trae consigo un grupo de víctimas que muchas veces son objeto de estereotipos y prejuicios generalizados infundados, como instalar a la opinión pública acusaciones de traer enfermedades o colapsar el sistema de salud y otros servicios públicos, o de instalar la sensación de importación de delincuencia. En algunos casos, incluso se ha tratado de racializar injustamente el Covid-19.

Aquí nadie desea ser tachado de tener una mentalidad similar a la de Donald Trump y cada cuando puedan lo tildan de arrogante. Sin embargo, a pesar de que muchos critican las políticas del ex presidente estadounidense que separaron a niños de sus padres y encerraron a menores en jaulas, actualmente muchos impulsan y apoyan ideas de leyes que sugieren la encarcelación de migrantes solo por ser migrantes que huyen de situaciones políticas que incluso los propios políticos chilenos han calificado como “dictaduras”. Esas personas parecen no considerar el destino de los niños y niñas que acompañan a estos migrantes y tampoco los derechos humanos de estos menores, ni la condición humana de unas personas que están obligados a dejar sus países a pesar de lo difícil que pueda ser emocionalmente.

Esta es la dramática situación que enfrentan los trabajadores y trabajadoras migrantes en Chile, quienes se sienten tortuosamente afectados cada vez que prenden la televisión local durante los tiempos de elecciones. Utilizar la migración y la inseguridad como armas para ganar elecciones es una práctica que los Establishments de muchos países han venido realizando desde hace más de una década, y los pueblos generalmente caen en la misma trampa una y otra vez.

Donald Trump fue elegido prometiendo construir un muro en la frontera con México y detener completamente la inmigración clandestina a los Estados Unidos, además de prometer un país prácticamente libre de delincuencia. Sin embargo, después de cuatro años como presidente, la inmigración clandestina sigue siendo una realidad y la tasa de criminalidad de los Estados Unidos sigue siendo una de las más altas del mundo.

En Chile, Piñera ha sido elegido presidente en dos ocasiones. En su primera campaña, prometió una política de «mano dura» contra la delincuencia, algo que no pudo cumplir durante su presidencia. Luego, repitió la misma promesa en su segunda campaña gracias a la manipulación psicológica del establishment de Chile, que hizo que la población olvidara que él no había cumplido su promesa anterior. También, Piñera ha prometido una política de «mano dura» contra la inmigración, gracias a la misma manipulación que asocia la inmigración con la delincuencia, a pesar de que esta asociación ha sido estadísticamente desmentida.

Finalmente, Piñera ha provocado más desorden en el tema de la migración al intentar ingresar por un paso inhabilitado a Venezuela, lo que le ha despojado de su autoridad moral para evitar que otros utilicen pasos inhabilitados.

Con las importantes elecciones que se realizan esta semana y una nueva elección presidencial en preparación, los migrantes nos encontramos expuestos a ataques emocionales cuando encendemos la televisión. No solo nos avergüenza que algunos migrantes estén cometiendo crímenes en este país que nos acoge, sino que también nos preocupa que el establishment siga insinuando que la inmigración es sinónimo de delincuencia, a pesar de que esta conexión ha sido estadísticamente improbable.

Queridas trabajadoras y trabajadores migrantes, hoy, 1 de mayo, debería ser un día para relajarnos, reflexionar sobre nuestros proyectos y nuestra travesía, y mejorar nuestro aporte a este maravilloso país. Sin embargo, lamentablemente, es un día para reflexionar sobre las violaciones a los derechos humanos que enfrentan algunos migrantes en Chile. Desde mujeres que han sido esterilizadas sin su consentimiento, hasta hombres que han sido víctimas de la violencia y han perdido sus vidas en el proceso de recuperar su salario, y mujeres que han sido acosadas e incluso violadas en lugares de trabajo, y seres humanos que actualmente están sufriendo y atrapados en la frontera desértica entre Chile y Perú.

Es importante reflexionar, ser fuertes en estos momentos tan difíciles, y seguir luchando por los derechos humanos. Debemos usar nuestras voces para dejar claro que la mayoría de los migrantes son personas honestas que buscan una vida mejor, y que la criminalidad no es exclusiva de la población migrante. Debemos trabajar juntos para construir una sociedad más inclusiva y justa, donde se respeten los derechos humanos de todas las personas, independientemente de su origen o condición.

Es responsabilidad de todos los votantes estar informados y evitar caer en prejuicios y discriminación, ya que esto no solo afecta a los migrantes, sino también a las generaciones futuras de este país. Debemos construir un futuro donde todos nos respetemos y trabajemos juntos para lograr el bienestar común.

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