El pueblo colombiano sigue exigiendo justicia por las víctimas que ha dejado el conflicto interno. En el marco del “Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas”, se realizó en Santiago, el PERFORMANCE 6492, cifra que representa los asesinatos de jóvenes no beligerantes también conocidos como “falsos positivos”, y que fueron cometidos por el ejército colombiano.
“QUE NUNCA JAMÁS VUELVA A SUCEDER ALGO ASÍ” y “QUIÉN DIO LA ORDEN”, son las consignas de esta intervención artística, iniciativa impulsada por estudiantes de 29 universidades en Bogotá, y quienes han recibido la solidaridad de distintas organizaciones para replicar la actividad en varias ciudades alrededor del mundo, como Barcelona, Bogotá, Berlín, Buenos Aires, Buga, Calgary, Génova, Ginebra, London, Madrid, Milano, Minnesota, Montreal, Nantes, New York, Paris, Perpignan, Popayán, Quito, Roma, San Salvador, Santiago, South Carolina, Valencia, y Vancouver.
Para el caso de Santiago, la conmemoración tuvo lugar en la comuna de Recoleta, donde en un gesto simbólico de los asesinatos, las personas tendieron sus cuerpos en Plaza La Paz, mientras fueron fotografiados y filmados.
El acto, fue organizado por Defendamos la Paz Chile, Invisibles por la Paz, Pacto Histórico, Raíces de Resistencia, Mafapo, Yeka-nimal, y Subeka en Dos Ruedas, y contó con intervenciones culturales y artísticas de distintos géneros y nacionalidades: Yeka – Palabras Serias, interprete Rap, Makanaky Adn, poeta y autor de los libros «Ave Negra Migratoria» y «En Amor Arte», Natyba y Nadiebeat, bandas de rap, y Subeka en dos ruedas, club de motos, Use Color, JVR.Blanco y Sombra y Dinastía Crew quienes donaron un grafiti alusivo, entre otros invitados e invitadas.
Contexto y Derechos Humanos
Este homenaje se desarrolla para conmemorar a los 6402 jóvenes inocentes (la mayoría desempleados y algunos de ellos discapacitados), que según el Tribunal de la JEP (Jurisdicción Especial para La Paz), fueron vilmente asesinados, entre los años 2002 y 2008. “Falsos Positivos” es el nombre con el que eufemísticamente la prensa y la sociedad civil colombiana denominó al involucramiento de miembros del ejército de Colombia (más de 1704 soldados ya fueron condenados), en estos asesinatos, y que hicieron pasar como bajas en combate.
También es relevante recordar que antes de ser ejecutados extrajudicialmente con armas de dotación oficial, los jóvenes fueron “desaparecidos” por parte del Ejército. En el ámbito jurídico, el término desaparición forzada designa un tipo de delito complejo que supone la violación de múltiples derechos humanos y que, cometido en determinadas circunstancias, constituye un crimen de lesa humanidad.
Después de varios años, que estos hechos salieran a la luz pública, la impunidad agrava el sufrimiento de las familias, que tienen derecho a conocer la verdad de lo ocurrido con los desaparecidos, así como el resto de la sociedad.