El pasado jueves, 27 de agosto (2020), se lanzó la Plataforma Latinoamericana y del Caribe por la Justicia Climática, conformada por un conjunto de movimientos, organizaciones y redes sociales, que hemos confluido en esta articulación de acción y lucha para enfrentar la grave crisis climática, y coordinar la resistencia al actual sistema capitalista y sus falsas soluciones al cambio climático.
Ivonne Yánez, de Acción Ecológica (Ecuador), moderó el lanzamiento, en el cual se manifestó la necesidad de promover alternativas para una transición justa a nivel nacional y local, por los pueblos y desde los territorios.
“Si bien este es un escenario deprimente, hay que saber escuchar las voces de los pueblos, quienes han venido desde muchos años resistiendo a proyectos mineros, petroleros, entre otros”, señaló Yánez.
Presentación de la plataforma
Eduardo Giesen, del Colectivo VientoSur (Chile), quien presentó en síntesis la Plataforma Latinoamericana y del Caribe por la Justicia Climática, expresó que esta iniciativa surge del diagnóstico común acerca del fracaso de las negociaciones internacionales, subordinadas a intereses corporativos, y que se expresa en el empeoramiento de la crisis global y de la injusticia con que se sufre.
Giesen mencionó que los objetivos generales de la Plataforma son la visibilización y articulación de las luchas de resistencias frente al cambio climático y las falsas soluciones desde los territorios, así como el impulso conjunto de las alternativas de los pueblos para enfrentar la crisis, e incidiendo de manera coordinada en las posiciones de los gobiernos de la región.
También presentó a las organizaciones iniciales de la Plataforma, que son: Acción Ecológica, Ecuador; AfrosRD, República Dominicana; CENSAT Agua Viva, Colombia; Coalición Mundial por los Bosques; Colectivo de Geografía Crítica Ecuador; Colectivo VientoSur, Chile; CONAVIGUA, Guatemala; Coordinadora Nacional de Inmigrantes de Chile; Corporate Accountability; FASE, Brasil; Frente de lucha por la Soberanía Alimentaria, Argentina; GAIA; HEÑOI, Paraguay; LIDECS, México; Marcha Mundial de las Mujeres-Américas; Marcha Mundial de las Mujeres-Chile; MAT, Chile; MOCICC, Naturaleza de Derechos, Argentina; Perú; Observatorio de Ecología Política de Venezuela; Plataforma Boliviana frente al Cambio Climático; REMTE, Bolivia; Taller Ecologista, Argentina; UNES, El Salvador.
La gravedad de la crisis climática
Martín Vilela, de la Plataforma Boliviana de Cambio Climático, se refirió a la urgencia ante el colapso, considerando que el 2020 se está perfilando como el año más cálido en los registros de temperatura promedio global. “En América Latina tenemos grandes biomas que ayudan a mantener la temperatura estable, y que son muy importantes para mantener la vida en las propias regiones. Lo que está pasando en el Caribe con el blanqueamiento de arrecifes de coral es alarmante, a nivel global se han perdido casi el 50%. Esto podría incrementar una disrupción en la cadena alimenticia, así como un incremento en la emisión de gases de efecto invernadero por la degradación de toda esta materia orgánica que muere, por lo cual se acelera el proceso de cambio climático y potencia el colapso en corto plazo”, explicó.
Vilela abordó también otros ecosistemas como los bosques, donde hay una deforestación acelerada. “Hay estudios que indican que el Amazonas una vez que pierde entre el 20% y 25% de su masa forestal, perdería la capacidad de auto regenerarse, y no podría crear vida en sus propios ciclos. Ya la deforestación ha tenido impactos en los ciclos de las lluvias que llegan hasta los Andes”, señaló, para luego manifestarse respecto a los glaciares.
“Se acaba de descubrir en la Antártica, filtraciones de gas metano, y si todo este sistema cae, esto podría tener muchas consecuencias en la Corriente de Humbolt, que recorre las costas de Chile y Perú, lo cual afectaría a la fauna y la cadena alimenticia”, acotó.
En su exposición, Vilela dijo que es casi imposible enfrentar sin agua la actual crisis, y acuso a las políticas de desarrollo y de recuperación económica de la emergencia climática y violación a los derechos humanos. “Hay casos de desaparición forzada, vulneración sistemática a los pueblos indígenas, por la consulta previa, que es un común denominador en todo el continente”, agregó.
La injusticia climática
Durante el lanzamiento se dejó en evidencia que el impacto de la crisis climática se siente más en el sur global con inundaciones, sequías, incendios forestales, pérdida de hielo, aumento del nivel del mar y olas de calor son ahora más largas e intensas.
Entre tanto, la crisis climática incrementa las migraciones forzadas y el desplazamiento de refugiados y refugiadas, que requieren de políticas migratorias con enfoque de derechos humanos y de la naturaleza.
También se enfatizó en el impacto desigual de la actual pandemia, que ha sido especialmente fuerte en comunidades indígenas, con economías locales y formas de vida ancestralmente dependientes de los bienes naturales usurpados, y en las mujeres, que han sostenido con su trabajo al capitalismo. Mientras tanto, las corporaciones y gobiernos cómplices no cesan en su actividad depredadora, proyectando una reactivación económica de base extractivista, lejos del bienestar y sustentabilidad de las personas y la naturaleza.
Pueblos en lucha
Darío Solano, del Pueblo Negro de República Dominicana, se refirió a la resistencia de los pueblos desde la identidad y los territorios.
“El modelo no se encamina a una perspectiva común sino en una neoliberal. Hoy en día en la resistencia de la Amazonía, las comunidades indígenas defienden los territorios donde crece la vida en diferentes partes, y el modelo responde criminalizando las luchas populares y propuestas alternativas. La lucha tiene que ser globalizada”, manifestó.
De la misma forma, Solano expresó la importancia para que se desarrollen investigaciones comunitarias, en donde las mismas comunidades sean sujetos de investigaciones de los conflictos socioambientales, y llamó a una reivindicación del bien común.
“Llaman la atención estas falsas soluciones que se plantean desde el modelo, como son los objetivos de desarrollo sostenible, y no hay una prioridad en las comunidades que han sido marginalizadas. Hoy históricamente están hablando de reparación, y son más de 200 millones de personas que se identifican como afrodescendientes en América Latina y el Caribe”, agregó Solano.
Por su parte, Mafalda Galdames, de la Marcha Mundial de Mujeres – Américas, declaró que la defensa de los bienes comunes es un área de trabajo que le impone a nuestros movimientos una participación activa en la preservación y cuidado del planeta. “Tenemos que afrontar situaciones límites muchas veces en precarias condiciones, para preservar y reproducir la vida. Los Estados Nacionales han cedido buena parte de su poder al poder corporativo en desmedro del bien común”, dijo.
En su intervención explicó que “en este escenario el cambio climático no impacta de igual manera a hombres y mujeres, las razones para adoptar una dimensión de género en las políticas de adaptación y mitigación al cambio climático, se basan especialmente en la vulnerabilidad de las mujeres pobres del sur global, quienes tienen menor acceso al control de las tierras, al dinero, al crédito y a la información… Son ellas las más afectadas por la escases de la tierra, y tienen menor movilidad que los hombres, debido a que son las encargadas de las tareas domésticas, recolección del agua y los combustibles, entonces son quienes están más concientizadas de la importancia del medioambiente, por sus contribuciones vitales para el cuidado de la familia”.
Galdames también advirtió que es necesario un cambio de sistema que humanice las relaciones entre las personas y la naturaleza. “Debemos exigir cambios trascendentales hoy más que nunca, y ubicar nuestra acción en los movimientos sociales, para que juntas podamos establecer plataformas comunes que nos permitan cambiar de una política capitalista a una basada en principios humanitarios, y encausar nuestras propias prácticas”, agregó.
Es así como, ante la crisis climática y el colapso del sistema capitalista, extractivista, racista y colonial, llamamos a todas y todos quienes estén decididos a defender la vida, a sumarse a la Plataforma Latinoamericana y del Caribe por la Justicia Climática.