El ingreso a Chile de personas migrantes, por pasos no habilitados, levantó diferentes pronunciamientos de instituciones en los últimos días, reforzando discursos xenófobos y convirtiéndolos en tendencia al inicio de esta semana, y que a su vez reaparecieron en medio de un tenso debate por el Proyecto de Ley de Migraciones.
Frente a este escenario en el que se criminaliza a la población extranjera, la Secretaría de Mujeres Inmigrantes y la Coordinadora Nacional de Inmigrantes Chile, lanzaron la campaña de sensibilización y denuncia, llamada “Ningún Ser Humano es Ilegal”, y en la que reiteran una de sus principales demandas por el reconocimiento de la migración como derecho humano.
Campaña y perspectiva de derechos
“Una de las consecuencias de la violencias ejercidas hacia nosotres se relaciona con el discurso de “la ilegalidad”, el cual es ampliamente promovido, tanto por instituciones del Gobierno y sus portavoces, como por medios de comunicación que van forjando matrices de opinión abiertamente racistas y xenófobas, mientras que reproducen estigmas, prejuicios y múltiples formas de discriminación”, señalaron en una declaración.
En el inicio de la campaña también recordaron que las personas migrantes están amparadas bajo la legislación internacional y que se deben garantizar los derechos humanos universales. “Exigimos la garantía de reconocimiento de nuestras diversas comunidades y pueblos, así como también que se incorpore en las políticas públicas enfoques antirracistas e interculturales. Para esto último es necesario que se construya una legislación migratoria realmente inclusiva, que no aliente nuestra exclusión ni que profundice nuestras desigualdades”.
Al ser consultada, Vanessa González Peña, integrante de la Secretaría de Mujeres Inmigrantes, manifestó que la campaña surge en un contexto social donde se intensifica la precarización de vida de las comunidades inmigrantes, a la vez que se hace explicita la violencia sobre esta población, afectando en mayor medida a las mujeres y a las comunidades que están racializadas.
Natalia Carmona, también integrante de la Secretaría, instó a cuestionar qué pasa con las mujeres que trabajan en casas particulares, cuidando hijos e hijas de otras personas, mientras que los suyos siguen en sus países de origen.
“Hay un discurso de discriminación y xenofobia que tiene que ver también con la familia… Cuando se trata de la mujer migrante y sus hijes, se le niega la posibilidad de que pueda tener sus hijes en el país donde ha migrado por búsqueda de oportunidades… Y si ya ser mujer es difícil, imagínate ser mujer migrante, mujer migrante negra, mujer migrante de la diversidad sexual, o ser mujer migrante indígena”, acotó Carmona.
Ingresos y el debate
Aunque las declaraciones que se conocieron en los últimos días en el norte, coinciden en una realidad que es el ingreso a Chile, y el tránsito por la región de Tarapacá de personas migrantes en contexto de pandemia, de nuevo, la discusión para abordar la migración, por parte de las autoridades, se centra en una lógica de seguridad nacional, y no con una perspectiva de derechos.
Según las cifras (fuente: SJM, a partir de datos solicitados por transparencia a PDI), publicadas de manera reciente, en Revista Sur, las personas migrantes que entraron por pasos no habilitados a Chile, llegaron a ser 3.949, en julio de este año, por debajo de la estadística que corresponde al mismo mes del año anterior, y que fija estos ingresos en 8.048. Sin embargo, desde la institucionalidad se insiste en promover un discurso hostil.
En medio de sus declaraciones, el Colegio Médico de Iquique (26 de septiembre), pidió a las autoridades a tener “mano dura”, mientras que Mauricio Soria Macchiavello (28 de septiembre), alcalde de la misma ciudad, envió una misiva a Sebastián Piñera, presidente de Chile, haciendo referencia al “crimen organizado”, y esperando que se “retome el control de la frontera”.
Por su parte, los ministros Víctor Pérez (Interior) y Andrés Allamand (Relaciones Exteriores), entre otros, salieron al paso para responder a las autoridades locales, y entre sus pronunciamientos, instaron a la aprobación del Proyecto de Ley de Migraciones que está en trámite en el Senado, al tiempo que el canciller enfatizó que reforzará el control en las fronteras.
Héctor Pujols, presidente de la Coordinadora Nacional de Inmigrantes, repudió el discurso xenófobo que se ha generado, y se refirió a la política migratoria.
“Creo que estamos ante la evidencia de que la política migratoria de Piñera ha sido un fracaso. Aprobar la ley es simplemente reforzar ese fracaso. La política de puerta cerrada sólo aumenta la irregularidad migratoria y no regula los flujos migratorios”, manifestó Pujols.
En tanto, que la migración venezolana ha sido una de las más expuestas con la situación que se vive en el norte del país, Benigna Zambrano, representante de la Asociación Intercultural Miranda, se mostró preocupada por la xenofobia que se ha impulsado desde los medios y autoridades, respecto a las entradas de personas migrantes por pasos no habilitados.
“Estas entradas por pasos no habilitados responden a una migración forzada, determinada por Acnur. Ya que las personas venezolanas están consideradas como refugiadas o desplazadas internacionales, y es preocupante, porque son personas que se movilizan por una razón humanitaria, no por gusto ni turismo, están en una situación compleja, entonces, si bien comprendemos la situación interna de chile, y mundial por la pandemia, la migración es inherente a la humanidad y no va a dejar de pasar, entonces qué vamos a hacer como país”, explicó Zambrano.
Además de hacer énfasis en la necesidad de políticas públicas con enfoque intercultural que ayuden a la convivencia, la representante de la asociación, consideró también que “es el llamado al estado chileno, a la sociedad civil, de ver a la migración y las personas que pueden ser consideradas refugiadas, desde lo humanitario y la cooperación internacional, y no desde los nacionalismos”.
Con todo, para Ronald Montecinos, coordinador de la Organización Bolivianos Residentes en Chile, las autoridades locales y nacionales no han asumido de manera adecuada el reto que implica la movilidad entre las fronteras con Bolivia y Chile, durante la pandemia, ya que por un lado, el intercambio comercial continúa dándose, y por otro, la llegada de migrantes con sus familias a albergues, ha despertado una ola de xenofobia y discursos de odio, estigmatizando a las personas que ingresaron, con el Covid-19, y el rebrote.
“Hemos tratado de responder llamando a la conciencia del pueblo, la ciudad iquiqueña es cosmopolita históricamente y en ese sentido hemos tenido buena acogida de la gente que ha salido a respaldar, porque en estos momentos necesitamos solidaridad”, agregó Montecinos.
Así, siendo evidente la realidad de las familias que se ven forzadas a migrar, esta semana en el Senado, fue retomado el debate del proyecto de Ley de Migraciones, que ha sido cuestionado por distintas organizaciones sociales, argumentando su carencia en perspectiva de derechos.
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