La Nueva Mayoría dejó la pelota dando botes y en el área chica al entrante gobierno de Sebastián Piñera. El tema migratorio es otro gol sin arquero: hace rato que se instalaba en la agenda y, con las indicaciones al proyecto de ley de migraciones, la ciudadanía percibe al gobierno cómo el artífice de una cuestión elemental: son ellos quienes meten la pelota dentro del arco. Esa sensación queda: la del gol. Y los partidos se ganan con goles; los goles se celebran, se muestran en las cámaras, se ovacionan. Con el gol explota la galería.
Autores: Max Iriarte Santoro y Aldo Torres Baeza. Fundación NAZCA.
No importa mucho el carácter de las indicaciones al proyecto de ley de migraciones, lo importante es que se hagan, así como no importa mucho la jugada si no termina en gol. En este caso, las indicaciones son elementales: una nueva institucionalidad, un sistema flexible de categorías migratorias, nuevas medidas para combatir el tráfico de migrantes, descriminalizar la migración irregular y la simplificación del proceso de expulsión para quienes infrinjan la ley. O sea, cuestiones elementales en todos los países OCDE, que es con los que les gusta compararse a la elite política chilena.
Pero el gol se hizo, rápidamente, sin comisiones ni mucha vuelta. Y el gol invisibiliza lo que falta y, sobre todo, a los que faltan en la discusión. No se ve que, además de una Ley de Migración, también se requiere una política pública general, que posea una integración e institucionalidad acorde a un mundo globalizado. Tampoco que, más allá de regular el tema de ingreso y egreso, se necesita una visión respecto a qué y cómo los migrantes se sumarán al proyecto que tenemos como país. ¡Que alguien nos explique por que razón los haitianos tendrán un trato distinto a todo el resto de migrantes del mundo! En fin, como expresó Rodrigo Sandoval, “hay un voluntarismo bastante preocupante en términos de suponer de que basta con regular una determinada materia o establecer un determinado comportamiento a través de la ley”.
En términos comunicativos, las indicaciones son otro gol sin arquero. Había una sensación de desborde instalada en la ciudadanía y eso permeaba frecuentemente en la agenda política. Y se hizo el gol, feo, simple, torpe, con el muslo, a lo Pippo Inzaghi o Zamorano, pero gol. Y el gol se grita, se festeja con poster en la prensa al otro día y un monumental aparato comunicacional detrás. En política, la realidad es lo que se muestra como realidad. Hoy, la realidad son los goles que está metiendo el gobierno: SENAME es otro gol. Eso queda en el público del estadio: el gol.
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