La PDI impide el ingreso, manteniéndolos como pasajeros en tránsito, a 62 haitianos en el Aeropuerto de Santiago, desde martes 27 de febrero en la mañana, sin posibilidad de bañarse, durmiendo en sillas y comiendo galletas. Hay personas vomitando, por la mala alimentación.
NO LOS DEJAN INGRESAR, NI LOS DEVUELVEN, ES UNA TORTURA. Al parecer la PDI hace caso a las opiniones de las redes sociales y justifica su actuar vejatorio contra un grupo de seres humanos en pleno siglo 21.
SE VEÍA VENIR
No es un secreto para nadie que los haitianos en Chile viven discriminaciones constantes, no precisamente porque son inmigrantes, sino porque son negros. Los hacen trabajar en condiciones inhumanas, mataron a nuestra hermana Johanne Florville por ser negra, queman nuestras casas, nos apuñalan, nos matan con bate de béisbol por una deuda de 5 mil pesos, nos gritan ‘Negro culiao’ en la calle, tratan a nuestra cultura de salvaje en canales de televisión. Pero AGUANTAMOS Y RESISTIMOS.
Hacen campañas en contra de nosotros, informando a la gente que somos tan muertos de hambre que en nuestro país comemos galletas de barro, deformando toda una linda historia que hay detrás de un producto, solo para mostrar que somos personas sin valores.
Y SEGUIMOS RESISTIENDO. HUMILLADOS, PERO RESISTIENDO.
Hace ya varias semanas estas agresiones se transforman en ataques por las redes sociales, refiriéndose a nosotros como si fuéramos personas podridas, reclaman una “importación de pobreza”, declaran que somos primitivos, sin educación, que “estamos echando a perder la bella raza chilena”.
En plena calle de Santiago están colocando pancartas en basureros con fotos de monos, para hacernos sentir que somos monos y basura, con mensajes indicando que ‘’ LOS HAITIANOS NO SON BIENVENIDOS ‘’.
Creen que al tratarnos de monos, de negros feos y de salvajes nos van a molestar. Gran error, porque si hay un pueblo orgulloso de ser negros somos nosotros.
Pero la PDI encontró la fórmula de provocarnos dolor, HUMILLANDO A NUESTROS COMPATRIOTAS EN EL AEROPUERTO, Y ESO SI QUE NOS MOLESTA, NOS DA PENA QUE LA PDI NO NOS TRATE COMO PERSONAS, POR CREER QUE LOS NEGROS SOMOS SALVAJES.
62 ciudadanos haitianos que no pueden ingresar, 18 mujeres y 44 hombres, quienes informan que los mantienen sentados en una banca, donde deben permanecer, inclusive en las noches, por lo que señalan que no pueden dormir, sin que reciban alimentación, tampoco se les permitiría bañarse. Lo anterior, nos dicen, que les ha provocado un alto grado de desesperación, temor, sintiéndose los afectados degradados en su dignidad humana, constituyendo lo anterior en un tratamiento cruel, inhumano y degradante.
Nos han dicho todo de alguna forma. Ya sabemos que es lo que piensan de nosotros, ya sabemos que piensan que somos basuras, que somos de una raza capaz de aguantar cualquier tipo de humillación, sabemos que se viene aun peor la convivencia para nosotros, sabemos que no van a querer reconocer a los niños negros que nacen acá como chilenos, ya empezaron hacerlo al cuestionar su derecho a que estos niños chilenos hijos de inmigrantes tengan cupos en los jardines. Sabemos que piensan que merecemos cualquier tipo de maltrato y no tenemos derecho de reclamar, sabemos que piensan que en nuestro país comemos galleta de barro, sabemos que muchos no nos consideran como personas. Pero nunca pensamos que se le ocurriría a la PDI mantener en tránsito, en condiciones infrahumanas, (aunque no lo creen, son humanos), sin posibilidad de bañarse, dándoles galletitas para comer, teniéndolos durmiendo en las sillas.
Señores de la PDI, no era necesario.
No era necesario hacernos sentir que ustedes tienen la fuerza, el poder, de humillarnos, sabiendo que si esas personas fueran de otros países recibirían un trato diferente. No es necesario recordarnos que la autoridad de nuestro país no va a reclamar aunque nos traten como animales, no era necesario recordarnos el caso del haitiano que los carabineros masacraron en un Transantiago junto con un venezolano aunque el venezolano terminó reuniéndose con el Canciller mientras el haitiano se quedó con arresto domiciliario, no era necesario dejar a nuestras mujeres tanto tiempo sin bañarse, no era necesario recordarnos que somos de un estado débil, no era necesario recordarnos que somos de Haití.
Estamos en Chile y debemos adaptarnos a las normas y la cultura del país como ustedes lo exigen. Ya estamos acá. Si poh, acá ya estamos para adaptarnos y acostumbrarnos. Pero nos va a costar mucho aceptar la definición que nos quieren dar de “Educación” y de “pobreza”.
Defenderemos a nuestras hermanas y hermanos, hoy hemos presentado una Acción de Amparo y esperamos que la Corte de Apelaciones de Santiago actúe. Tenemos dignidad y la conservaremos, una y otra vez resilientes, agradecidos de la solidaridad recibida y firmes en la justa defensa de nuestros derechos.
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