Más allá de la ficción apropiada por muchos esquemas del cine moderno, Arica Nativa y su proyecto de cine rural impulsado por la fundación Altiplano, busca enfocar tradiciones culturales originarias en espacios periurbanos.
La propuesta del onceavo festival pone al margen de la pantalla sitios recónditos de Arica y Parinacota, reluce los paisajes ofuscados por el afanoso crecimiento de la ciudad. Reconstituye la memoria del barroquismo y la imagen romántica de la estética rural. Esta reivindicación mediante la metáfora del cine depura el falso pensamiento de creer que la historia es parte del pasado o sólo pertenece a la formación de los pueblos aborígenes. Por el contrario, nos repatria al folclore de nuestros ancestros, precursores de diversos saberes remotos poco recordados hoy día por la ambigua memoria cosmopolita.
Un resumen de las propuestas dadas a conocer en el ciclo del festival internacional de cine rural e indígena: muestras gastronómicas, música en vivo, fotografía, esculturas y reproducciones de diversos directores y artistas regionales e internacionales (Croacia, Nueva Zelanda, España, México, Chile y Perú) Una cinematografía endulzada de saberes antiguos que va más allá de la pantalla y la sala matinal, convirtiendo esa mecánica cotidiana en una pedagogía convergida en los sentidos del espectador haciendo querer más de la experiencia de la que es partícipe. La invitación abre su telón para dar inicios el 7 de noviembre dando por finalizado la presente versión el 13 del mismo mes.
Para más información de actividades y los sitios donde serán recreadas: http://www.aricanativa.cl/
¡Arica, voy y vuelvo!
*Nota de Mateo Matias Arango, voluntario interno del festival.
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