Entender lo que ha vivido Julio Valdivia no es fácil. En 2008, visitó por primera vez Chile y, según propia confesión, se enamoró del país. Por eso no fue de extrañar que tomara la decisión de dejar su Lima natal y armar sus maletas para radicarse en Chile.
Llegó a comienzos de 2010, a un Chile pujante, con una economía sólida, que se preparaba para recibir al primer Presidente de derecha electo democráticamente desde 1958. Todo marchaba bien, había encontrado una mujer de la que se enamoró y las oportunidades laborales aparecían por todas partes. Pero todo estaba a punto de cambiar.
El 27 de febrero de 2010 vive en el recuerdo de todos quienes habitamos la zona centro sur de Chile. Un terremoto 8,8° Richter y el posterior tsunami arrasaron con buena parte del país. En Chillán, pocos días antes, se había asentado el protagonista de esta historia y diseñador gráfico de profesión.
Julio decidió radicarse en la octava región y emprender en el diseño de páginas web, junto a Blanca Espinoza, emprendedora de Lebu. Pero, tras el terremoto, el proyecto trazado por Julio comenzó a derrumbarse. Su socia desapareció de improviso, no le devolvió las llamadas y el proyecto no se concretó.
En paralelo, su visa de turista venció e intentó infructuosamente, en la gobernación de Concepción, obtener una Visa de trabajo. Sufrió la discriminación e incomprensión de los funcionarios públicos, principalmente porque la profesión ejercida por Julio la realiza de manera independiente, desde su casa y a todo el mundo, algo en lo que no se aplica criterio y que la ley no contempla.
Así comenzó el calvario de Julio, quien hasta hoy, 6 años después, no ha podido obtener su residencia definitiva, ha sido víctima de arbitrariedades, se le han otorgado visas temporarias una y otra vez, incluso por 14 meses, y sufrió la inoperancia y discriminación de un servicio añejo y legalista. Pero si hay algo que caracteriza a este diseñador gráfico limeño es su resiliencia y voluntad a toda prueba. Decidió quedarse en Chile, porque es el país en el que quiere vivir y, por sobre todo, decidió luchar por su derecho y el derecho de otros a vivir y trabajar aquí.
En 2013 agotó todas las instancias ante la justicia chilena. Los tribunales nacionales no consideraron que se hubiese vulnerado algún derecho en el caso de Julio Valdivia.
Fue así como en 2014 decidió presentar su caso ante la corte Interamericana de Derechos Humanos, con el fin de “apoyar una legislación de extranjería. No creo que de aquí a 10 años exista una ley que proteja a los extranjeros. Además, espero una reparación moral, económica y las disculpas por los 4 años sufriendo discriminación”, afirma Valdivia.
Antes de presentar el recurso ante el organismo internacional, el diseñador gráfico peruano escribió en la Revista Caretas, de Perú, la explicación de su petición. “Lastimosamente, en mi experiencia en este hermano país no se está respetando las normas del derecho internacional migratorio y de los acuerdos que Chile ha suscrito ante el Perú en el Consejo de Integración Social. He sufrido atropellos a mi dignidad e integridad física y psíquica por reclamar mi derecho a la no discriminación, el acceso a la justicia y a un debido proceso. Pero hasta ahora todo lo que conseguí fue que el Departamento de Extranjería y Migración de Chile dilatara el proceso de residencia –pese a que reúno todos los requisitos solicitados– y me otorgara una nueva visa por 10 meses.
Por todas estas consideraciones, y con el respaldo de abogados de respeto y prestigio en el ámbito de los derechos humanos en Chile, he presentado una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA por el incumplimiento de La Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José) por parte del Estado de Chile”.
En la misma publicación, Valdivia encontró el apoyo del abogado Roberto Celedón y del dirigente de APILA (Asociación de Inmigrantes por la Integración Latinoamericana y del Caribe) Manuel Hidalgo. En Caretas Hidalgo escribió:
“A Julio Valdivia Seibt, peruano residente en Chile, se le ha aplicado una normativa que el propio Tribunal Constitucional de ese país ha reconocido como inconstitucional. El Informe Anual de 2013 del Instituto Nacional de Derechos Humanos, en sus páginas 152-153, consigna el siguiente párrafo: “La legislación migratoria vigente, además de sus limitaciones y omisiones, entrega grados de discrecionalidad excesiva a las autoridades migratorias”. De hecho, en julio de 2013 el Tribunal Constitucional acogió el requerimiento de inconstitucionalidad del artículo 13 primer inciso de la actual legislación migratoria que se refiere a la discrecionalidad del Ministerio del Interior y Seguridad Pública en el otorgamiento y prórroga de visas y concesión de permanencia definitiva. Actualmente, esta se aplica “atendiéndose en especial a la convivencia o utilidad que reporte al país su concesión”, lo que en la práctica significan arbitrariedades contrarias a los principios de derechos humanos”.
Recurso de la CIDH
Si algo dejó en Julio la serie de situaciones vividas en Chile es la desconfianza. Por esta razón se hizo asesorar por organizaciones argentinas de Derechos Migrantes para presentar el requerimiento contra Chile en la Corte.
La denuncia del Diseñador Gráfico Peruano parte así:
“Vengo a denunciar que he sufrido una injusta negativa al permiso de residencia permanente por parte de la Administración Pública Chilena fundamentada en criterios de utilidad o conveniencia a través del uso de normas contrarias a los estándares establecidos en tratados de Derechos Humanos de los cuales Chile es parte. Además he sufrido una violación a la garantía de protección judicial efectiva y al debido proceso a través de resoluciones arbitrarias que confirman el rechazo sin si quiera analizar el fondo de mis peticiones” (Ver Denuncia Completa).
La corte recibió los antecedentes presentados por Julio Vadivia en 2014, ahora el diseñador gráfico debe esperar la admisibilidad del tribunal internacional antes de iniciar un proceso. Esto augura una espera larga para Julio, pero él está decidido a que su caso siente un precedente en la política migratoria chilena.
Rodrigo Sandoval, Jefe del departamento de Extranjería y Migraciones, señala que “si bien la situación de Valdivia es atípica, no existen irregularidades en su caso”. Sandoval es consciente de las dificultades enfrentadas por Julio Valdivia y por muchas otras personas a la hora de realizar solicitudes ante el organismo que dirige, por esta razón la instrucción a los funcionarios es entregar respuestas oportunas a los solicitantes, sean favorables o adversas.
Por su parte, Rodolfo Noriega, dirigente de la Coordinadora Nacional de Inmigrantes, resalta la particularidad del caso de Julio Valdivia, “han existido irregularidades de procedimientos que han violado los derechos de Julio, las soluciones entregadas han buscado parchar estas irregularidades”. Agregando que “creo que mientras uno más pelea por sus derechos, muchas veces encuentra más trabas”.
¿En qué está Julio Valdivia?
Hoy Julio Valdivia se encuentra con visa de trabajo por un año, prolongada una vez más y continúa dando la pelea por su residencia definitiva.
En el lapso de estos años se ha desempeñado como trabajador independiente, emprendiendo en el desarrollo de páginas webs. Un sin número de empresas del Ñuble y distintas zonas del sur de Chile han confiado en el profesionalismo de Julio y le han permitido diseñar sus sitios. “Hoy trabajo en lo que estudié, de manera independiente, pero gracias a Dios me ha ido muy bien. Pero al no tener mi residencia definitiva no puedo cumplir uno de mis sueños, comprar mi casa en Chile”, detalla Valdivia.
Pero los golpes han reafirmado convicciones y, en paralelo a su trabajo formal, ha comenzado a asesorar a migrantes en la defensa de sus derechos. “Me inculcaron la defensa de los derechos, por eso no me he dejado pasar a llevar y he luchado por ellos. No quiero que nadie sufra lo que yo he sufrido, por eso estoy dispuesto a ayudar a quienes vean vulnerados sus derechos en materia migratoria”, finaliza.
Deja una respuesta
Usted debe ser conectado para publicar un comentario.