Chile y Ecuador son países que a lo largo de su historia han tenido una relación de hermandad y reciprocidad en diversos ámbitos de colaboración[1]. En un mundo donde los procesos de integración son un mecanismo que facilita la interacción e interdependencia de los países en el Sistema Internacional, podemos señalar que la Integración Regional es un proceso que los Estados Nacionales “se mezclan, confunden y fusionan voluntariamente con sus vecinos, de modo tal que pierden ciertos atributos fácticos de la soberanía, a la vez que adquieren nuevas técnicas para resolver conjuntamente sus conflictos”[2]. En este contexto, ambos países latinoamericanos han afiatado su cooperación en temas políticos, económicos, comerciales, energéticos y sociales.
Es importante destacar que la migración como fenómeno multivariable (económico, geográfico, demográfico, social, cultural y político), ha tenido un rasgo persistente en la historia de los países latinoamericanos, desde la colonia hasta nuestros días. Hay que considerar que en los finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI, se observa una migración caracterizada por el componente andino y por una emigración hacía países con polos desarrollados. En el contexto de las naciones latinoamericanas, el fenómeno de las migraciones, no es algo nuevo, sino que más bien ha emergido en las últimas décadas como un fenómeno relevante, y si ha ocupado las agendas públicas es porque para los Gobiernos como para la ciudadanía el fenómeno es considerado fuente tanto de problemas sociales, económicos, políticos y culturales[3].
Los estudios realizados en Chile por la Secretaría Nacional del Migrantedel Ecuador(SENAMI), según los datos obtenidos a fines del año 2010, señala la existencia de 18.120 ciudadanos ecuatorianos viviendo en nuestro país, establecidosen casi todas las regiones, especialmente en la Región Metropolitana, la Región de Valparaíso, la Región de Tarapacá, la Región de Bio-Bio y la Región de Los Lagos, concentrándose en un 70% en la Región Metropolitana. Sin lugar a dudas dicha cifra se ha incrementado en estos últimos cinco años.
La historia reciente del Ecuador distingue etapas muy marcadas de corrientes migratorias importantes desde mediados del siglo XX. Su origen está en aquellos problemas socioeconómicos determinados que se dieron en épocas comprendidas entre los años 1960 a 1990. La primera corriente migratoriatuvo como destinos Estados Unidos, Canadá y Venezuela y su razón principal, la falta de empleos principalmente en la parte sur del país. Posteriormente, debidoentre otras circunstancias, a la disminución en la venta de productos artesanales como los sombreros confeccionados con paja toquilla (PanamaHat) y por otra parte, aquella que se definió comomigración rural y principalmente masculina. Esta última, con un carácter eminentemente de reunificación familiar. La grave crisis económica que enfrentó el país a finales del siglo XX, acrecentó la salida de ecuatorianos hacia algunos países europeos como España e Italia principalmente y también hacia los países de la región, entre los que se encuentra como destino Chile.
Es particularmente interesante realizar una observación práctica de éste último período y especialmente aquel que determina como destino de los migrantes ecuatorianos hacia nuestro país. Son precisamente factores como la cercanía geográfica, la práctica de un mismo idioma y la existencia de una cultura parecida, lo que permitió la venida de un importante flujo de profesionales. También y es necesario destacar, la prevalencia de instrumentos jurídicos bilaterales que facilitan el ingreso al país, la permanencia y sus incorporaciones al trabajo.
Dichos instrumentos se resumen en:
- Convenio sobre el Libre Tránsito de Personas, Equipajes y Vehículos con Fines Turísticos del año 1985 y su modificación en el año 1997, que permite el ingreso de ciudadanos ecuatorianos a Chile con la sola presentación del documento de identidad nacional o de su pasaporte vigente, en calidad de turistas y por un período de hasta 90 días.
- Convenio para el Mutuo Reconocimiento de Exámenes y Títulos Profesionales del año 1917 y su revisión de 1988, que faculta el propio reconocimiento de los exámenes y títulos adquiridos en el país de origen y el libre ejercicio profesional en el país de destino suscriptor del Tratado.
A estos acuerdos se suma también el Convenio Andrés Bello que facilita la movilidad estudiantil y la equivalencia de notas entre los países parte de esta alianza.Todos estos instrumentos jurídicos se ven complementados por una legislación de extranjería flexible que admite el cambio de categoría migratoria en Chile, sin necesidad de abandonar el territorio nacional.
Estudios realizados por la Secretaría Nacional del Migrante del Ecuador (SENAMI), mediante un primer esfuerzo de análisis y estudio hacia la comunidad de ecuatorianos en Chile, trabajo las opiniones de profesionales, estudiantes, artesanos, artistas y empresarios, que señalan aspiraciones y motivaciones para establecerse en el país y que tienen relación con aspectos como[4]:
- Perspectivas de mejores plazas de trabajo.
- Aspiraciones de mayores ingresos.
- Adquisición de conocimientos y posibilidades de capacitación.
- Facilidades para acceso al crédito y posibilidades de emprendimiento e innovación.
Demás está señalar los aportes laborales que entregan a la sociedad nacional estos Migrantes y por tanto tiempo. Sólo basta destacar su exitoso accionar en el área de la salud, especialmente en la Salud Pública, donde sus participaciones y funciones no sólo ha sido positivas, sino que a la vez han ocupado espacios médicos y paramédicosrealizando un excelente desempeño en momentos cruciales para el ordenamiento de la atención públicaen Chile.
La realidad nos muestra que día a día existe un aumento sostenido de migrantes ecuatorianos, donde el grueso de ellos proviene de una migración con expectativas laborales y económicas. Sin embargo, la tarea tanto de organismos gubernamentales chilenos, la sociedad civil y asociaciones de residentes ecuatorianos en Chile es fomentar acciones de integración y acogida para que haya lazos de cooperación y fundamentalmente de inserción laboral donde todos ganemos con la llegada de nuevos ciudadanos latinoamericanos.
Columna redactada por Héctor Pezoa Moraga. Profesor y Académico. Director de la Fundación de Integración y Desarrollo Social, FINDES. Max Iriarte Santoro.Cientista Político y Académico. Con la colaboración de Diana Peña Carrasco. Asambleísta de la República del Ecuador por Latinoamérica, El Caribe y África.
[1] Chile y Ecuador a lo largo de su historia republicana han suscrito acuerdos en distintos ámbitos de interés para sus políticas de gobierno. Actualmente, ambos países están suscritos en Pactos Subregionales que permite fortalecer su apoyo y colaboración en los procesos de integración: Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI); Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA); Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR); Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)y Comunidad Andina de Naciones (CAN). El caso de Chile es un país observador y en el caso de Ecuador, se trata de un país miembro de este pacto regional.
[2]HaasErnest B.“TheStudy of Regional Integration: ReflectionsontheJoy and Anguish of Pretheorizing”, en Leon N. Lindberg y Stuart A. Scheingold, eds., Regional Integration: Theory and Research, Cambridge, Mass., Harvard UniversityPress. Verse en: Malamud Andrés. Conceptos, teorías y debates sobre la Integración Regional. Presentado en el V Congreso Latinoamericano de Ciencia Política. ALACIP. Buenos Aires, Argentina. Julio de 2010.
[3] Jensen María Florencia. Inmigrantes en Chile: la exclusión vista desde la política migratoria chilena. Trabajo presentado en el III Congreso de la Asociación Latinoamericana de Población, ALAP. Córdoba, Argentina. 2008.
[4]Estudio publicado en www.senami.gov.ec
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