Parece que no hay un «plan de desarrollo» para Puerto Armuelles. El mal llamado pueblo fantasma es más bien un pueblo olvidado. Muchas expectativas hay en la Zona Franca del Barú (ZFB), pero no es muy claro cuál es el horizonte de esta entidad. Hay una trivialidad en cuanto su funcionamiento.
El lunes aprobaron el presupuesto de la ZFB sólo para su financiamiento administrativo, no para la inversión y el desarrollo.
Puerto Armuelles continúa en la incertidumbre. Por el momento la ZFB no es la solución. Esta entidad depende de la planificación del ejecutivo, pero este en general no da señales concretas por el momento.
Cualquier “plan de desarrollo” para Puerto tiene que tomar en cuenta el deterioro social y los problemas estructurales de la región, por ejemplo; la composición demográfica. Es decir, no se puede improvisar ni estar con clientelismos políticos para sopesar estos problemas.
Independientemente de cuál sea el plan, tienen que tomar en cuenta las opiniones de los porteños, eso es fundamental. Toda posible conversación del ejecutivo tiene que fundamentarse desde las necesidades materiales. Todo potencial plan tiene que ser consensuado. Lo más urgente es que se le garantice trabajo a los porteños.
Hay que tener claro que para una eventual conversación de esta naturaleza, se tienen que dar ciertas condiciones, primero la necesidad de un pueblo de organizarse para participar, no lo contrario, de participar sin organizarse, y un ejecutivo dispuesto a escuchar. Esto es lo fácticamente necesario. Luego, la planificación, la elaboración de un “plan de desarrollo”, no la imposición exógena sin haber consultado al pueblo porteño.
Todos los porteños anhelan mejores días, el ejecutivo tiene que tomar cartas en el asunto. Por eso resaltamos la necesidad de que el pueblo porteño tiene que organizarse democráticamente y exigir que se le escuche y tome en cuenta, ya son décadas de olvido. Hay que estar preparado para cuando llegue el momento.
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