Al parecer los colegios se han convertido en el nuevo ring de violencia de la sociedad (ver noticia aquí). Esta semana fuimos testigos de un nuevo enfrentamiento en los corredores de un colegio, pero esta vez no se trató del bullying entre alumnos ó de las impertinentes bromas o atropellos hacia los educadores. Hoy estamos hablando nuevamente de otro caso entre apoderados vs profesores. Las cámaras del colegio Félix Eytheramendi de la comuna de los Álamos en la Región del Biobío captaron el momento en el que una profesora fue agredida por una apoderada, quien aseguró mas tarde que dicha profesora había abofeteado a su hijo de ocho años por no haber terminado su tarea. El último caso lo habíamos conocido hace poco en 2012 en Temuco en la escuela Alonso de Ercilla, cuando otra profesora fue también golpeada por una apoderada disconforme con la nota de su hija.
Parece que este mundo está de patas arriba, diría mi abuela. Y porque no mencionar a las abuelas si ellas son las que precisamente suelen repetir la frase típica de que todo pasado fue mejor. “¿Como no va ser mejor la disciplina de antes que la de hoy, pues cuándo se había visto que un cabro le faltara el respeto a los profesores o a los adultos? ¡Hoy en día los chiquillos hacen todo lo que quieren…, antes nosotros teníamos autoridad sobre ellos y nos respetaban!”, dice doña Emilia una abuela de 72 años que con su voz ya desgastada asegura que los padres de hoy no saben educar a sus hijos por temor a que se traumaticen. Como quien dice cría cuervos y te sacaran los ojos.
Pero para salir de dudas sobre los traumatismos como nos los menciona doña Emilia, acudimos a la psicóloga JMC, quien asegura que la psicología ha sido muy mal interpretada en las últimas décadas en cuanto a los límites y las relaciones entre padres e hijos. “No se ha entendido la psicología cuando se aconseja, que acercarse a los hijos y buscar la comunicación y la comprensión no es lo mismo que tratar de ser sus amigos convirtiendo a los padres casi que en sus cómplices. La psicología tuvo que intervenir tanto en los colegios como en las familias para que hicieran un trabajo en conjunto donde los colegios bajaran sus regímenes de autoridad y se potenciaran las habilidades de los alumnos, y en conjunto con los padres se lograra formar mejores individuos. Pero se le dio una mala ilustración provocando la perdida del foco de respeto hacia los padres y por ende hacia toda figura de autoridad. La especialista añade, que la figura de mando y respeto en jóvenes es de gran importancia para la orientación y el desarrollo psicosocial de los niños y jóvenes y, que la mala interpretación ha generado una carga de culpas para los padres que les impide tener firmeza en el momento de establecer los limites”, reiteró la especialista. Como quien dicen ya no hay quien raye la cancha.
“Lo que pasa es que hoy nosotras la mamas ya no nos quedamos calladas ante nadie por defender a nuestros hijos, la era de las profesoras que golpeaban a los niños con reglas o palos y colegios autoritarios ya paso, y simplemente hoy podemos expresarnos”, dice Marcela, una ama de casa.
Para las ciencias sociales opiniones como la de Marcela obedecen a una consecuencia del cambio cultural donde se habla de la libertad de expresión, pero también de la desconfianza por la sociedad. Hoy en día hay un ingrediente más y son los casos sobre abusos y pedofilia que ponen en tela de juicio a los sistemas educativos y una predisposición hacia el mismo sistema, una especie de paranoia que comienzan hacer parte del inconsciente colectivo chileno generando respuestas agresivas por parte de los apoderados, asegura la psicóloga.
¿Entonces que esta ocurriendo hoy? ¿Será que lo que dice doña Emilia es cierto y que en nuestras familias lo que ha faltado es mano dura? ó ¿será que la psicología es como la biblia que cada uno la interpreta como quiere? ó, ¿Será que es consecuencia de la represión por las épocas de la dictadura? Mejor usted saque sus propias conclusiones y piense qué tantos límites ha rayado sobre su cancha ó si será bueno seguir viendo a los colegios como el nuevo ring de la violencia.
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