La migración es una de las principales realidades sociales globales que condicionan las agendas tanto de la política mundial, de la política nacional, como de la política local.
En la práctica, las ciudades son el territorio donde conviven y se desarrollan día a día los migrantes. Es en lo local donde se articula el proceso urbano, se acentúan las problemáticas asociadas a la desigualdad social y, como consecuencia de la diversidad cultural, se enfatiza la discusión pública de las identidades.
En este sentido, el reto para los gobiernos locales en la era de la globalización y ante el hecho migratorio es muy importante: deben satisfacer nuevas demandas y necesidades sociales, a la par de construir identidades colectivas que comprendan proyectos comunes desde la diversidad. Es aquí donde la integración se transforma en una de las herramientas para combatir la globalización.
En Chile no existe una política pública para enfrentar el fenómeno de la migración. Sin embargo, en comunas como Santiago, Recoleta, Estación Central o Independencia, las diversas realidades han llevado a sus autoridades a desarrollar políticas locales sobre migración en pos de la armonía vecinal.
Poco a poco, desde los municipios comienzan a darse cuenta que para promover el desarrollo, la seguridad y la paz social, uno de los retos está en ser capaces de transformar las migraciones en un factor de desarrollo integral, ya que este es un problema humano, porque detrás de un migrante hay familias, niños.
Es importante que desde las políticas de integración local el gobierno comprenda que si a los migrantes les va bien, a Chile le va bien.
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