Dicen por ahí que la distancia y el tiempo curan todo pero eso no deja de ser un lugar común, una frase cliché que se repite fácil y que poco tiene que ver con la realidad.
Autor: Juan Vásquez L.
Pueden ser años o kilómetros los que nos separen de aquello que queremos pero el vacío en el estómago al escuchar esa canción, al sentir ese olor o al ver izada nuestra bandera tricolor en el Palacio La Moneda, aparece como un síntoma que nos recuerda que el vínculo sigue vivo, que Chile es transitorio y que el esfuerzo por salir adelante en tierras ajenas será recompensado, algún día, con la posibilidad de volver a Colombia y disfrutar del entorno en el que crecimos. La familia, los amigos, los paisajes, la comida y el aguardiente, son promesas que motivan y el estímulo que nos invita a luchar.
Agradezco todo lo que Chile me ha dado pero soy colombiano. Desayuno arepas con café, escucho salsa, prefiero RCN a TVN, disfruto los goles de Falcao y me rio con Susi el Paspi. Leo con preocupación los delirios del ex presidente que alucinaba con sus tres huevos, veo como Santos pierde el control y me avergüenzo por saber que las Reformas Constitucionales no se caen en el debate de ideas sino por la incompetencia de los legisladores.
Estar lejos no me impide ser crítico con respecto a las cosas que pasan a cinco mil kilómetros de distancia, pero sobre todo, no pone en riesgo la posibilidad de disfrutar de ser colombiano, un patriota sano, alejado de nacionalismos odiosos pero convencido de que soy parte, uno más. Sé que hay drogas, pobreza, paramilitares, guerrilla, corrupción, clientelismo y muchos otros flagelos que afectan no solo la imagen del país, sino la calidad de vida, pero también reconozco, por que lo he vivido, que hay gente buena, alegre, trabajadora, honrada que más temprano que tarde van a demostrar que todo aquello es la excepción y no la regla. Es por eso que quiero saludar a mi país y a mis compatriotas hoy, 20 de julio y desearles un feliz Día de la Patria no sin antes recordarles que en Colombia:
No tenemos amigos, tenemos parceros.
No nos burlamos, la montamos.
No nos enamoramos, nos tragamos.
No conversamos, hablamos carreta.
No molestamos, somos cansones.
No carreteamos, rumbeamos.
No nos molestamos, nos emberracamos.
No nos equivocamos, la embarramos.
No subimos, nos montamos.
No se nos complica, se nos pone tenaz.
No decimos cuidado, decimos pilas marica.
No somos aburridores, somos inmamables.
No conquistamos, levantamos.
No somos alegres, somos la embarrada.
No somos buena gente, somos bacanes.
No salimos corriendo, salimos en pura verraca.
No comemos plátano, comemos banano.
No estamos atentos, estamos pilas.
No ayudamos, echamos una mano.
No tomamos chela, tomamos polas.
No pedimos, gotereamos.
No puteamos, arreamos la madre.
No nos cansamos, nos mamamos.
No alardeamos, chicaneamos.
No somos pillos, somos abeja.
No nos dan oportunidades, nos dan papaya.
No nos asustamos, nos da culillo.
No trabajamos, camellamos.
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