Casa Columnas La Educación como el motor propulsor de las nuevas demandas sociales

La Educación como el motor propulsor de las nuevas demandas sociales

La Educación como el motor propulsor de las nuevas demandas sociales

Sin lugar a dudas, el año 2011 fue un año plagado de movilidad y dinamismo de los movimientos sociales en América Latina. Actores relacionados al mundo ambiental y ecológico, con una fuerte lucha contra la explotación y expropiación de los Recursos Naturales y del ecosistema; organismos representativos de las minorías sexuales y su lucha por la igualdad y libertad de derechos sexuales, se suman a un movimiento que durante este año ha consolidado un discurso y una representación de millones de personas en los distintos países de la región: la educación.

La alternativa planteada por los movimientos sociales que representan las demandas de la educación, constituye hoy un hecho fundamental y trascendente dentro los ciclos políticos de afirmación de la autonomía, el desarrollo y la libertad de pueblos y comunidades. Es en ese sentido que, países como Colombia, Perú, Brasil y particularmente Chile, han puesto sus demandas en las agendas de los gobiernos de turno, implicando más de alguna incertidumbre en los Jefes de Estado del momento.

En este contexto los movimientos sociales y populares que se han visto en las múltiples manifestaciones por la educación, han instaurado un discurso y un debate sobre la calidad de esta, donde los países que han llevado a la discusión esta causa, han cuestionado el sistema operativo de algunas instituciones y el lucro del sistema educativo en sus respectivos países, abriendo una vez más la interrogante sobre si el modelo económico que rige a nuestra región desde hace más de tres décadas es conveniente, inclusivo y equitativo, principalmente con una de las herramientas fundamentales para toda sociedad en la búsqueda de su bienestar social, como lo es la educación.

La singularidad de estos movimientos se observan en la capacidad de aglutinar transversalmente personas de toda índole socio-económica, configurando que el tema de la educación pasa a ser un asunto de Estado, según las apreciaciones que haya en cada país en cuestión. Educación de calidad, fin al lucro, reformas sustantivas al modelo educativo imperante, evaluación a los sistemas de gestión y modernización de estructuras arcaicas de formación, son algunas de las demandas que más se repiten en los millones de “Indignados Latinoamericanos” que luchan por una causa justa, equitativa y social.

Es de suma importancia que exista una conciencia y un razonamiento por parte de las autoridades y de las estructuras de poder en cada uno de los países, debido a que la insatisfacción y carencia de solución a necesidades de la sociedad, harán que exista un efecto progresivo de estas manifestaciones sociales, dejando en evidencia que la forma con que los modelos políticos, sociales y económicos que conducen los caminos de los países latinoamericanos, no son lo suficientemente óptimos para alcanzar el bien común de una sociedad en descontento.